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domingo, 7 de abril de 2013

El pueblo

La última semana paso y fue algo deprimente, estresante y muy rapida. Al llegar al pueblo de la abuela todo parecia tan desertico, no hay mucha gente y las cosas habían cambiado muchísimo, aquella escuela donde recuerdo niños gritando y jugando solo quedan salones vacíos empolvados y cayéndose, las calles solas y calurosas, casas vacías parecia un pueblo fantasma.

Aquella casa que recuerdo era grande llena de árboles frutales ahora es la mitad de lo que era, con solo un par de esos frondosos mangales en donde solía trepar a comer alguno, eso fue muy muy triste y para ser sincero eso me deprimió bastante, me quede sentado al lado de un árbol mirando al rededor e intentando recordar las cosas que había, mi abuela tuvo que vender parte de su terreno que ahora está en obra negra, ella vive sola con la visita de mi tio que vive a unas casas de ahí, y mis padres que la visitan, no pude sentirme más miserable yo viviendo a gusto y hasta quejandome en ocasiones mientras ella esta sola.

Platique con mi abuela, "la gente se va a buscar trabajo a otros lados acá ya no hay nada" mientras veia como hacia sus tortillas en ese comal de barro alimentado por trozos de leña. Al llegar la noche fuimos a la iglesia que si bien no me gusta ir en ese momento deseaba ver que le había pasado, solo hice más grande mi tristeza, el exterior se veia normal un poco cambiado, pero por dentro se notaba el paso del tiempo, las figuras de los santos acabadas, las paredes despintadas, con una que otra flor por ahí, las bancas disparejas, los pisos algo sucios y la parte delantera cubierta por mantas algo viejitas.

La gente solo tiene eso... su religion aquel padre dio su misa y por primera vez no me puse a hacer otra cosa, "No olviden de donde vienen" salió por sus labios, no pude evitar derramar una lagrima, mientras veia a mi alrededor y recordaba lo bonito que era ese lugar, ahora la poca gente que queda ya con canas en sus cabezas, bastones en sus manos, con las espaldas encorvadas, solo están ahí fieles a sus creencias, sus tierras, su gente.

Los días pasaron y trate de ayudar en lo más que podia ya sea con la leña, quehaceres domesticos, ayudar en la cocina, platicar con la abuela, ver las fotos de la infancia de mis tios, algunas mias de cuando vivia ahí :) mi animo cambiaba con el tiempo y me sentia como nunca, tan agusto de no escuchar camiones pasar ni esos molestos ruidos, solo escuchaba a los pájaros en las mañanas, respiraba aire puro que me enfriaba los pulmones, el olor de un mole de olla recién preparado por esas manos veteranas es indescriptible, era el lugar perfecto para dibujar a la sombra de un árbol comiendo alguna fruta o leyendo un libro.

Hasta que tuvimos que regresar, me quedo con un bonito recuerdo de aquel lugar que visitaré más seguido ahora me quedan unas horas para regresar a mi antigua rutina, solo que esta vez trataré de que no parezca eso.

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